El servicio es bueno y eficiente, el café es bueno (no soy conocedor) y los precios son justos, el mobiliario es comodo e invita a quedarse horas ahi sentado, tiene carta de bebidas decente, la luz es agradable y los parroquianos que asisten son de lo mas variado.
La clientela como dije es muy heterogenea desde adolescentes haciendo pininos para ligarse mutuamente hasta parejas grandes que beben el café como si fuese una bebida mística y mágica de manera parsimoniosa y tranquila, contagiandote de serenidad (ooooom).
Sobran las mesas llenas de grupos de górditas de oficina y parejitas en distintos estados de la relación, alguno que otro filosofo de café y fracasados de la escuela de Bellas Artes.
La cerveza es buena , bonita y barata... creo que no tienen pacífico, no lo recuerdo.
Ventajas:
- Céntrico
- Buenos precios
- Atención Excelente
- Buen lugar para matar el tiempo en lo que entras a tu evento en el teatro.
- Agradable vista callejera para ver a la gente pasear mientras saboreas lo que pediste.
- Acceso a Internet (imprescindible).
- Chela barata.
- Mesas y sillas comodas, aunque lo mejor son los sillones y reclinatorios.
- Una exposición de oleos que cambía constantemente, de diversos autores y a la venta (los cuadros).
- Los grupos de gordas que mencioné antes son algo escandalosas.
- Que no te toque mesa junto a la ventana.
- La música en lo personal no me agrada (Marisela, Rocio Banquells, Rocio Durcal) supong que por eso va tanta dolida.
- No es bueno llevar ahi a la secretaria, no hay plantitas para esconderse de las miradas inquisidoras.
